Cansada de ser nada. Cansada de ser un simple juguete. Cansada de no ser nadie. No has dejado huella alguna en su vida, en su corazón. Un simple juguete al que recurría cuando se aburría, cuando no había nadie más con quien hablar. Ese estúpido juguete era yo. Y me dejaba manipular, me dejaba querer. Caí en esa trampa en la que todos caemos como moscas. Esa trampa a la que llaman amor.
Una simple excusa para aguantar cosas que no deberías aguantar. Así es como te engancha. Esa es su magia. Altera la balanza de forma que las cosas que deberían ser muy pesadas no parecen serlo. Es una estupidez. Un maldito juego.
Un juego sin instrucciones. Un juego lleno de pozos en los que caes una vez tras otra. Un juego que te hace creer que ganarás, que todo irá bien. Un juego que te mantiene con ilusión, con vida y a la vez te destroza.
Un juego. Un maldito juego.
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