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domingo, 13 de octubre de 2013

Llorar, llorar todo ese dolor, la angustia, la confusión, porque no hay otra manera de sacar todo lo que tenes adentro. Llorar simplemente porque no sabes que pasa, porque tenes miedo, porque eso que preferís guardar antes que contarlo, al final te termina consumiendo.
Llorar para uno mismo, que se te cristalicen los ojos adelante de alguien y guardártelo, hasta que ya no se puede mas y sin querer se escapan las lágrimas.
Llorar porque un recuerdo se te paso por la cabeza, por no poder cambiar las cosas.
Llorar simplemente por tratar de desahogarte.

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